“Eran las tres de la tarde cuando crucificaron a Jesús”. Estamos llamados/as a “morir” un poco cada día: morir a nuestros egoísmos, a nuestras rencillas, a nuestros recelos y faltas de amor.
Y es que como reza un cantar, “La muerte no es el final del camino”, NO!, es el PRINCIPIO!!. El inicio de una vida en una forma totalmente nueva: la forma del Amor a Dios y al prójimo.
No olvidemos, que al pie de la cruz podemos experimentar el gozo de sabernos acompañados por María, La Madre de Jesús. ¡¡¡María de la Soledad y del corazón traspasado, ayúdanos a verte al pie de la Cruz de cada día!!!
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