Vacío. Silencio. Soledad. Incomprensión. Dolor. Traición. Angustia. Incertidumbre. Tristeza. Decepción… de todos estos sentimientos está echa la cruz ¿habrá un mensaje más actual?…
Nuestra sociedad, nuestras relaciones y nuestra vida personal en ocasiones, se embarcan en otros y otros sentimientos. Hemos romantizado el Amor… pero amar es asumir el dolor como parte integrante de la existencia humana. Jesús ha sido ajeno a ninguno de estos sentimientos. Los ha sentido en su piel y, aún así, eligió libremente, amarnos hasta el extremo

Viernes Santo. La cruz es una carta de amor que lleva tu nombre como remitente. Por tí, por mí…con nombre propio y ADN inconfundible. Dios no necesita WhatsApp. La cruz de Jesús es el signo de hasta dónde llega su Amor por la humanidad.
La pregunta es: ¿vamos a seguir ajenos a este amor?… para CONTEMPLAR, PENSAR Y RECONOCER que somos amados hasta dar la vida
¡Gracias Señor Jesús!
Deja una respuesta